EMPODERAMIENTO SEXUAL FEMENINO
Desde que empece a oír hablar del empoderamiento me fascinó la palabra, pero por más que buscara por ahí no conseguía entender verdaderamente en que consistía y como podía lograrlo… casi llego a frustrarme. Pero, de repente, un día inmersa en mí divagar introspectivo, que tanto me gusta practicar, llegó a mí lo que, hasta el momento, puedo considerar como la respuesta que más se acerca a lo que debe ser empoderarse.
Empoderamiento significa principalmente, hacerse responsable.
Pero no esa clase de responsabilidad vivida desde la desgana y la obligación, para la que tan bien nos programan. Si no, hacerse responsable desde el conocimiento y la escucha interna de uno mismo, desde el entender que tu mayor responsabilidad es contigo, con tus verdaderos deseos, miedos, ilusiones, ganas y preocupaciones, más allá de las decepciones ajenas que eso pueda provocar. Más allá de los “debes» y “tienes» externos que nos obligan a satisfacer. Relegando los propios y corriendo el riesgo de no ser nunca atendidos.
Si hablamos ahora del papel al que ha sido desterrada la mujer dentro de las relaciones sexuales, desde que el yugo patriarcal usurpó el poder y se puso a dirigir el mundo. Vemos como la supresión del deseo y placer femeninos fueron castrados por sistema. Obligando a la mujer a comportarse como una estrecha y a reprimir sus propios impulsos con tal de no ser tachada de libertina (ahora lo llaman promiscua) y poder ser considerada una mujer “decente”. O lo que es lo mismo, fue obligada a desempoderarse sexualmente, para poder ser aceptada socialmente.
Hoy en día el yugo patriarcal va perdiendo poder, afortunadamente, y es nuestro momento para recuperar nuestro verdadero lugar en el mundo y en la cama. ¿Y como se hace eso…? Pues volviendo a una misma, al origen, a ti. Escuchándote y haciendo caso a lo que tu cuerpo quiere y necesita. Dejar de llegar a la relaciones sexuales resignadas y dispuestas a entregar al otro lo que quiera tomar, sosteniendo situaciones que no te satisfacen, sin tener consideración con tus propias necesidades y deseos.
Empoderamiento sexual femenino significa, hacerse responsable del propio placer, del propio deseo y de como se desarrollan tus relaciones sexuales.
De decir SI cuando realmente quieres decir SI y decir NO cuando quieres decir NO. De deshacerte de la culpa y la vergüenza por tener deseos sexuales. De dejar de comportarte como espera el otro. De mirarte al espejo y preguntarte a ti misma ¿qué es lo que necesitas preciosa? E ir a por ello. Sea lo que sea, aunque lo que te pide tu diosa interna sea estar tranquila e ir a que te den un masaje en los pies. Ser mujer no significa tener que quedarse sentada esperando a que las cosas te lleguen, a que te las traiga el macho. Si no que también puedes crearlas. Y desde la responsabilidad de conocerte y respetarte a ti misma te será más fácil encontrar el lugar desde donde hacerlo.
